El Coloso de Rodas era una estatua gigante de bronce que representaba al dios griego Helios, dios del sol. Se encontraba en la isla de Rodas, en Grecia, y fue construido entre los años 292 y 280 a.C. para conmemorar la victoria de la ciudad de Rodas sobre el ejército macedonio.
La estatua se ubicaba en la entrada del puerto de Rodas y se decía que tenía una altura de aproximadamente 33 metros (108 pies), lo que la convertía en una de las siete maravillas del mundo antiguo. Sin embargo, hay cierta controversia sobre la verdadera altura de la estatua, ya que algunos historiadores creen que en realidad medía entre 70 y 100 pies.
Desafortunadamente, el Coloso de Rodas no sobrevivió mucho tiempo, ya que fue destruido en un terremoto en el año 226 a.C. La estatua se derrumbó y quedó en ruinas, y posteriormente fue desmantelada y vendida como chatarra.
A pesar de su corta existencia, el Coloso de Rodas sigue siendo un símbolo de la grandeza y el poderío de la antigua ciudad de Rodas, y su imagen ha sido utilizada en numerosas representaciones artísticas a lo largo de los siglos.
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